Un equipo de científicos de la Universidad Texas A&M ha logrado un avance importante en el desarrollo de motores eléctricos más sostenibles y eficientes, sin depender de las tierras raras. Este proyecto busca reemplazar materiales costosos y difíciles de obtener, como los imanes de neodimio, con cobre, un recurso abundante y mucho más accesible.
La búsqueda de una alternativa a las tierras raras
Las tierras raras, aunque esenciales para los motores eléctricos que alimentan vehículos eléctricos, aeronaves y turbinas eólicas, representan una serie de desafíos. La extracción de estos materiales es costosa y contaminante, además, está controlada por unos pocos países, lo que pone en riesgo la estabilidad de la cadena de suministro global. Esto ha llevado a los investigadores a buscar materiales alternativos que ofrezcan las mismas capacidades sin los inconvenientes ambientales y económicos.
[post_relacionado]En lugar de continuar dependiendo de materiales raros, los investigadores han propuesto el uso de cobre, un metal mucho más abundante y fácil de obtener. Este cambio tiene el potencial de transformar la industria de la propulsión eléctrica, al reducir los costos y el impacto ambiental asociado con la minería de tierras raras.
El proyecto, titulado «Avanzando en la propulsión de vehículos eléctricos: desarrollo de motores eléctricos de alta potencia sin tierras raras«, liderado por la Dra. Dorsa Talebi y el Dr. Hamid Toliyat, ya ha producido resultados prometedores. Después de realizar simulaciones y construir prototipos, el equipo ha demostrado que los motores eléctricos de cobre pueden competir en términos de potencia y rendimiento con los motores tradicionales basados en tierras raras.
Un paso hacia la comercialización
El equipo ha recibido una financiación significativa de casi 500,000 dólares a través del programa Advancing Discovery to Market de la Universidad Texas A&M. Esta financiación está destinada a acercar el proyecto a la comercialización, con la meta de crear una alternativa rentable, eficiente y sostenible para la industria automotriz, las energías renovables y otros sectores que dependen de la propulsión eléctrica.
Con patentes ya emitidas y solicitudes de patente en curso, el equipo planea lanzar su propia empresa para llevar esta tecnología al mercado. La investigación también cuenta con la colaboración del Dr. Alan Palazzolo, otro investigador destacado de la Universidad Texas A&M, quien aporta su experiencia en ingeniería mecánica a este proyecto.
Implicaciones para la industria automotriz y más allá
La industria automotriz es una de las más afectadas por el uso de tierras raras en la fabricación de motores eléctricos. Con la creciente demanda de vehículos eléctricos e híbridos, la necesidad de alternativas sostenibles es más urgente que nunca.
Además, este avance tiene el potencial de extenderse a otras aplicaciones, como las turbinas eólicas y los sistemas de transporte público, lo que representa un paso importante hacia un futuro más verde y menos dependiente de recursos limitados.
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Fuente y fotos: Universidad Texas A&M