Inspenet, 22 de agosto 2023.
Ecuador estableció un nuevo precedente mundial el pasado domingo al optar por medio de un plebiscito poner fin a la explotación petrolera en la Amazonia, específicamente en uno de sus yacimientos más grandes situado en el Parque Nacional Yasuní. Este parque es considerado el corazón de la Amazonía ecuatoriana y uno de los puntos de mayor biodiversidad en el mundo.
[post_relacionado]Con casi el 58% de los votos contados, el 59,14 % de la población ecuatoriana votó a favor de detener las operaciones en el Bloque 43-ITT, en contraste con el 40,86 % que se manifestó en contra de suspender la actividad en el yacimiento administrado por la empresa estatal Petroecuador.
El resultado representa un claro triunfo para Yasunidos, un grupo ecologista que promovió este referéndum a nivel nacional con el propósito de preservar el Yasuní, un área extremadamente vulnerable a los derrames de petróleo, así como para proteger a las comunidades indígenas en aislamiento voluntario que residen en el Parque Nacional.
Esta decisión representa un triunfo significativo para el movimiento indígena, que se mostró en su mayoría a favor del «Sí», especialmente el pueblo waorani, la etnia más numerosa que habita el Yasuní, una reserva natural de un millón de hectáreas de tamaño.
Cabe destacar que en el interior de esta área protegida se han identificado más de 2.000 especies de árboles y arbustos, 204 de mamíferos, 610 de aves, 121 de reptiles, 150 de anfibios y más de 250 de peces. Además, alberga a los tagaero, taromenane y dugakaeri, comunidades indígenas que han elegido vivir en aislamiento voluntario.
Este resultado crea un periodo de incertidumbre para el país, ya que tendrá que dejar de utilizar un yacimiento que produce diariamente 55.000 barriles de petróleo, lo que equivale al 11 % de la producción nacional de crudo.
La responsabilidad de implementar el cese de operaciones en el Bloque 43-ITT recaerá sobre el próximo gobierno, el cual será elegido en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
La detención de las operaciones de explotación petrolera en la Amazonía
De acuerdo con la decisión de la Corte Constitucional que aprobó la realización del referéndum, el Estado tiene un plazo de un año para desmantelar las instalaciones, un período que, según Petroecuador, resulta prácticamente imposible debido a los trabajos y procedimientos necesarios para cerrar los pozos y desmontar las estructuras.
Según las estimaciones gubernamentales, la suspensión de las operaciones en el Bloque 43-ITT provocará un daño al Estado de 1.200 millones de dólares al año en ingresos por la venta del petróleo, lo que podría ascender a 13.800 millones de dólares en un período de 20 años.
El cálculo del Gobierno también incluye un costo de 500 millones de dólares para el desmantelamiento de las instalaciones, las cuales tuvieron un costo de construcción cercano a los 2.000 millones de dólares.
No obstante, los grupos ecologistas argumentan que el efecto económico resultará considerablemente reducido y que la explotación de un petróleo pesado como el del Yasuní podría dejar de ser económicamente viable en un futuro cercano, a medida que disminuya el valor del petróleo. Por lo tanto, consideran que esos ingresos podrían ser compensados a través de la implementación de un impuesto sobre la riqueza.
La gestión de Petroecuador
Petroecuador siempre afirmó que, desde el inicio de las operaciones en 2016, la explotación del Bloque 43-ITT se había llevado a cabo siguiendo los estándares ambientales más rigurosos para preservar el frágil entorno ecológico en el que se encuentra.
Entre las prácticas empleadas se encontraba la técnica de perforación en racimo, que permitía que múltiples pozos fueran perforados en diversas direcciones desde una misma plataforma, evitando así la necesidad de construir múltiples plataformas para cada pozo, lo que habría aumentado la deforestación. En total, las instalaciones ocupan únicamente 80 hectáreas.
Hasta la fecha, no se habían reportado derrames de petróleo al medio ambiente provenientes de las instalaciones del Bloque 43-ITT, el cual es el más reciente y productivo en el Yasuní. Aunque se ha extraído petróleo en el Parque Nacional desde la década de 1980 en los Bloques 16, 31 y 67, estos no se ven afectados por este plebiscito.