Para enfrentar el calor extremo al aire libre, investigadores de la Universidad de Massachusetts Amherst han desarrollado un revestimiento a base de tiza que podría cambiar la forma en que las personas experimentan el verano. Este nuevo material, capaz de enfriar el aire debajo de una tela tratada hasta en 8 grados Fahrenheit, fue presentado en la reciente reunión de la Sociedad Química Estadounidense (ACS).
Este revestimiento textil puede enfriar a las personas hasta 15 °F sin utilizar energía adicional. Fuente: American Chemical Society vía YouTube
Proceso de creación del revestimiento a base de tiza
Los investigadores comenzaron aplicando una capa delgada de poli (2-hidroxietil acrilato), un polímero, sobre pequeñas muestras de tela. Luego, las muestras tratadas con polímero se sumergieron repetidamente en soluciones que contenían iones de calcio o bario, seguidas de una inmersión en soluciones con iones de carbonato o sulfato.
Cada ciclo de inmersión permitió que los cristales de carbonato de calcio o sulfato de bario crecieran y se distribuyeran uniformemente en la superficie de la tela.
Además, se realizaron pruebas al aire libre para medir la efectividad del revestimiento en días soleados con temperaturas superiores a 90 °F. Las pruebas mostraron que el aire bajo la tela tratada era hasta 8 °F más fríos que la temperatura ambiente. La inspiración de este revestimiento se basó en los antiguos revestimientos de yeso a base de piedra caliza triturada, que se utilizaban en las construcciones de zonas muy soleadas para mantener frescos los interiores.
Enfriamiento eficiente para cualquier tejido garantizado
Este innovador recubrimiento, como se menciona anteriormente, se basa en carbonato de calcio y sulfato de bario, componentes naturales que, al aplicarse sobre la tela, reflejan tanto la luz ultravioleta como el calor infrarrojo cercano. La técnica empleada para integrar estos materiales, conocida como deposición química en fase de vapor, es tanto eficiente como sostenible, lo que permite su aplicación a una amplia variedad de tejidos comerciales.
Lo que hace que nuestra técnica sea única es que podemos aplicarla a casi cualquier tejido disponible en el mercado y convertirlo en algo que pueda mantener a la gente fresca.
Explicó Evan D. Patamia, uno de los principales investigadores del proyecto.
Esta innovación es eficiente y resistente, soportando el desgaste típico del uso diario y el lavado.
La ACS, organizadora del evento donde se presentó esta tecnología, es una institución sin fines de lucro que promueve el avance de la química en todo el mundo. Con más de 10,000 presentaciones en su reunión de otoño, la ACS se posiciona como un líder en la difusión de innovaciones científicas que tienen el potencial de mejorar la vida de las personas.
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Fuente y foto: Sociedad Química Estadounidense